Quiero empezar por confesarles un problema muy grande que tengo: soy una persona muy intolerante. Mucha gente lo llama mamones, pero yo estoy segura de que es algo que va mas allá. Mi explicación es que de pequeña alguien olvido ponerme el chip de la tolerancia, así que cualquier queja, con mis progenitores.
A lo largo del blog se darán cuenta de todas las cosas que me incomodan, pero ahora voy a hablar de una de las que me molesta más:que atenten contra tu inteligencia. Seguro les ha tocado más de una vez que llega alguien y te da un pretexto que es evidentemente que una excusa y no sólo eso, sino que además te dicen la excusa más estúpida que pueden decirte. Aquí tienen algunos ejemplos de cosas que atentan contra tu inteligencia y todos los casos son verídicos:
El día de ayer por ejemplo, me estaba comentando “la tesorito” quien
se encontraba molesta porque le habían entregado un documento que ya había pedido hace un buen rato, pero cuando se lo entregaron venían
los datos incorrectos, a lo que la persona inculpada contesto; ¡ay qué
raro, yo las mande bien! debe de ser la impresora… ¡CLAAARO! Como todos aquí vamos en segundo de kínder sabemos que es muy común que
mandes a imprimir algo y la impresora lo cambie.
Ayer también, platicando con un compañero de trabajo, me contaba que
está muy enfermo de la garganta y que a favor de su salud estaba
fumando cigarros mentolados… ¡Obvio! Porque lo que hace daño no es fumar, si no precisamente la falta de mentol.
Luego de un rato, Salí a acompañar a otro coworker a comer, pidió comida de la fondita de junto y cuando finalmente llegó se dio cuenta que le trajeron una pechuga de pollo la cual no pidió y además en la cuenta le cobraban de más. Muy amable mi amigo pregunto por las equivocaciones a lo que contestaron: --- Es que ya no había lo que pediste y la pechuga de
pollo es más cara… ¡Aaaah! Como es la pinche culpa de mi amigo que no tengan lo que pidió, le traigan lo que se les da la gana y además tienen el detalle de cobrarle más.
En la noche en un bar en la condesa, me estaba quejando con mi roomie de lo mucho que odio la regadera, no se qué pasa, pero siempre termino bañándome o con agua fría o se me acaba el agua; o de plano no hay agua caliente. Él respondió --- ¡uy pobre, seguro te da frío, tengo que cambiar las ventanas.
Y sí, exactamente la cara que ustedes están poniendo fue la cara que puse yo, con todo respeto le dije ; para que pinches vas a cambiar las ventanas si mi problema es la regadera. ---- pues para que entre el sol… ¡Claaro! Mi roomie sí que sabe resolver los problemas de la casa, mientras entre el sol puedo bañarme con agua fría.
Y así, podría escribir día con día las cosas que atentan contra mi inteligencia, por que desafortunadamente son varias, pero yo sé que todos ustedes son personas ocupadas y ya bastante hacen con darme unos minutos leyendo mis quejas… y nada, ahí me quedé.
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ResponderEliminar"No puedes venir conmigo a la fiesta porque voy a estar trabajando" Ay AJAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA
ResponderEliminarjajajajajajaja gracias, me hiciste el día con este post... No dejes de escribir en tu blog.
ResponderEliminarQué bueno que tomas esas situaciones con humor y las compartes. Y acá entre nos, somos intolerantes a la misma cosa: que atenten contra tu inteligencia. Estuvo genial que lo denominaras así.
ResponderEliminarAcá un ejemplo similar: un Inge que contratamos fue por los cafés. Le pedí un Express (ó esspresso o como quiera que lo denominen, pero es CLARA la diferencia con calquier otro). EL inge en cuestión trajo café americano. Y juraba y quería convencerme de que sí era express. Daba lástima porque todos lo vieron y conocen la clara diferencia del café express desde su tamaño. Desde ese día supimos quen no podíamos confiar en él. En poco tiempo se comprobó y terminé por correrlo