Una de las cosas más difíciles de vivir sola es pensar en que vas a comer, bueno pensar que vas a comer es súper fácil, siempre se te antojan las cosas más exóticas por ejemplo una carne en su jugo de Guadalajara pero resulta que vives en el DF y además hasta el agua se te quema, así que obvio no la vas a preparar tu. Lo mismo me pasa con los postres, me encantan, se me antojan todo el tiempo pero prefiero un examen de geometría que meterme a la cocina.
Sólo hay una cosa por la que cocinaría sin broncas y (aquí va mi debilidad ): las cosas rosas, mi universo entero está lleno de cosas rosas y es que son tan bonitas que sólo no puedes dejar de usarlas y es por eso que compré esta hermosa máquina para hacer cupcakes, la marca se llama Holstein Housewares, es pequeñita, muy fácil de usar y viene en varios colores como el hermoso ROSA que obvio fue el que yo escogí.
Ahora soy muy feliz, como cupcakes, sueño cupcakes y regalo cupcakes a todos mis amigos. Y nada, ahí me quedé...
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