jueves, 4 de agosto de 2011

Y dicen que el amor no muere...

Creo que entre más vivimos y aprendemos nos hacemos más escépticos en cosas que no tienen explicación, entre ellas el amor. El amor es un tema complicado, hay gente que vive enamorado toda su vida,  hay personas que termina por no insistir más, hay quienes no vive tranquilo si no está acompañado y hay otros a los que estar acompañados les sienta fatal, el caso es que en cuanto al amor todos tenemos que opinar.
Hay cosas que son un cliché y que aunque no seas una persona cursi te parecen lindas y te gustaría hacerlas alguna vez, como  ir al puente de las artes en Paris con el amor de tu vida. En Paris todo es lindo, todo es romántico y es de esos lugares en los que te imaginas perfecto caminando con alguien de tu mano. Tuve la oportunidad de estar en Paris hace aproximadamente un año y de las cosas que más me llamaron la atención fue precisamente ese puente que cita varias veces Cortazar en su libro Rayuela en combo con la historia de Federico Moccia, en su famosa novela “Tengo ganas de ti” describe al final de su libro como los protagonistas sellan su amor atando un candado con su nombre grabado en él al Ponte Milvio, en Roma, se besan y luego tiran la llave al Tíber. A partir de ese momento las parejas van al Puente de las artes con el amor de su vida llevando un candado con sus iniciales y juntos cierran el candado y tiran la llave al rio Sena para sellar su amor. Yo sé que es lo más cursi que han escuchado en su vida pero yo me veía perfecto poniendo un candadito con dos letras como si así de fácil las cosas fueran a funcionar y mágicamente esa persona y yo viviríamos felices desde ese momento y para siempre.

Escribo sobre este puente porque hace un par de días me entere que de la noche a la mañana todos los candados de este puente habían desaparecido. En Paris ya se había hablado sobre quitar los “candados del amor” porque al ayuntamiento le parecía molesto pero hasta ahora nadie se hace responsable de la desaparición de estos. Además van a poner unas columnas metálicas para evitar que los enamorados este ahí nomas sellando su amor “a la sin susto”

Esta noticia me puso triste, primero porque me tarde mucho para ir a hacer mis cursilerías, después porque ¿qué tal que en el momento que desaparecieron los candados, todas las parejas que habían sellado su amor terminaron? ¿El ayuntamiento nunca pensó eso? O ¿solo es que hoy en día el  amor estorba? O alguien pensando en el puente dijo: tenemos que quitarle tanta presión, es demasiado peso el juramento de miles de parejas y ser testigo de miles de promesas que se rompen. Mi opinión es que el mundo necesita de esas cosas cursis e insignificantes para olvidarnos unos minutos de que últimamente el amor es desechable… y nada, ahí me quede…

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